En Latinoamérica el acceso a los créditos bancarios sigue siendo bajo y eso impacta en la inclusión digital

El porcentaje de personas que acceden a créditos bancarios en Latinoamérica en 2024 continúa siendo bajo, si bien varía considerablemente entre los distintos países. Según el Banco Mundial en 2021 el 73% de los adultos latinoamericanos tenía cuentas en instituciones financieras de algún tipo, un incremento de 18 puntos porcentuales con respecto a 2017. Es decir que, si bien los índices de bancarización vienen evidenciando un aumento importante, en esta materia todavía hay mucho trabajo por hacer. 

El acceso limitado al crédito en Latinoamérica presenta desafíos únicos para el sector de las telecomunicaciones ya que, su bien la adopción de teléfonos móviles ha crecido significativamente en la región, muchos consumidores todavía enfrentan barreras para adquirir dispositivos más avanzados debido a las restricciones crediticias.

La brecha digital y el acceso a smartphone

En Latinoamérica, la brecha digital sigue siendo un problema significativo. Aunque el uso de teléfonos móviles es generalizado, existe una disparidad notable en el acceso a smartphones de última generación. Esta situación se debe, en gran parte, a las limitaciones en el acceso al crédito tradicional para la compra de dispositivos.

Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), mientras que el 73% de los adultos latinoamericanos tienen algún tipo de cuenta financiera, el porcentaje que puede acceder a créditos para la compra de tecnología es significativamente menor. Esto crea un círculo vicioso: sin acceso a dispositivos avanzados, muchos usuarios no pueden aprovechar plenamente los servicios digitales y financieros, lo que a su vez limita su capacidad para construir un historial crediticio.

¿Cuántas personas tienen tarjeta de crédito?

Una encuesta encargada por MasterCard, que se realizó entre fines de 2022 y comienzos de 2023 en siete países de la región (Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala, México y Perú) encontró que por entonces la mayoría de los latinoamericanos (79%) tenía acceso a servicios financieros básicos, pero todavía había margen para que logren un nivel más avanzado de inclusión financiera.

El reporte indica que, si bien 58% de las personas tenía tarjeta de crédito, apenas 3 de 10 contaba con acceso a otras formas de crédito, como préstamos, seguros o productos de inversión. Además, destacaba que la inclusión financiera no se distribuía de manera uniforme en los países relevados: sólo el 59% de los encuestados de bajos ingresos y el 40% de los encuestados que vivían en las afueras de las grandes ciudades dijeron que tenían una cuenta.  

De todas formas, el informe también indicaba que los consumidores siguieron subiendo los peldaños de la escalera de la inclusión financiera, al adoptar productos como inversiones, seguros y soluciones buy now pay later (compre ahora, pague después, o BNPL) a mayor velocidad. 

Dado que el acceso a diferentes formas de crédito es un componente esencial de la inclusión financiera, los expertos señalan que los proveedores de pagos de América Latina necesitan concentrarse en el desarrollo de productos de crédito, crear mejores soluciones que ofrezcan un acceso más fácil a préstamos personales y tarjetas de crédito, y habilitar una calificación crediticia innovadora o garantías creativas.

¿Cómo está la economía en América Latina?

Un documento del Banco Mundial pronosticó que el PBI regional se expandirá un 1,6% en 2024. Para el año 2025 anticipa un crecimiento del PBI de 2,7%, en tanto que para 2026 estima un avance del 2,6%. No obstante, el informe destacó que “estas tasas serán las más bajas en comparación con todas las demás regiones del mundo, e insuficientes para impulsar la prosperidad”.

A este panorama se agrega otro factor que complejiza la situación: la creciente deuda de consumo, particularmente en países como Brasil y Chile, y el incremento de los préstamos incobrables. En un informe reciente el Banco Mundial indicó que el creciente endeudamiento de los consumidores “está debilitando uno de los motores del crecimiento en América Latina, y muchas familias enfrentan un shock del servicio de la deuda, incluso cuando los bancos centrales comienzan a recortar las tasas de interés”.

A esto hay que agregar que una investigación realizada por la Universidad de la República Oriental del Uruguay alertó que en Uruguay 800 mil personas están en situación de «default» por endeudamiento financiero. 

El rol de las operadoras de telecomunicaciones en la inclusión financiera y digital

El acceso al crédito tiene un rol clave para favorecer el crecimiento de las economías en cualquier parte del mundo. En general los países de Latinoamérica tienen una deuda pendiente respecto a las oportunidades que ofrecen en este sentido. 

Dada la poca gente que accede al crédito en la región, es importante que prevalezcan distintas alternativas para los consumidores, que en parte pueden venir de la mano de las finanzas integradas. De hecho, el segmento de préstamos ‘online’ o ‘lending’ es uno de los nichos ‘fintech’ con mayor margen de crecimiento. Sin embargo, también es clave procurar que la mayor oferta de soluciones de financiación no implique índices de mora más elevados. 

Dado este problema de poco acceso al crédito, la región necesita de otras alternativas de financiamiento, como el BNPL y los microcréditos. En este marco la tecnología SaaS de Trustonic puede hacer un aporte interesante. 

Las empresas de telecomunicaciones están en una posición única para abordar este desafío. Al ofrecer el servicio de financiamiento para smartphones, pueden no solo aumentar su base de clientes sino también contribuir significativamente a la inclusión digital y financiera en la región.

Sin embargo, las operadoras enfrentan sus propios riesgos al ofrecer estos planes. La morosidad y las deudas incobrables son preocupaciones constantes, especialmente en un contexto económico volátil como el de Latinoamérica.

Es aquí donde una solución SaaS como la plataforma de Trustonic juega un papel clave ya que esta tecnología no solo facilita el financiamiento de smartphones, sino que también proporciona herramientas para mitigar al máximo los riesgos asociados. De hecho, está comprobado que motiva a los consumidores a pagar sus facturas a tiempo: en promedio reduce en 70% la morosidad y las deudas incobrables de los teléfonos inteligentes financiados.