Crece el robo de teléfonos inteligentes en las calles de América Latina
El hurto de smartphones sigue siendo un gran problema en América Latina. En su momento hay quienes describieron a esta problemática como “una epidemia”. De hecho, se encuentra entre los delitos más comunes en los países de la región, por lo que requiere de la colaboración de múltiples actores para combatirlo de manera efectiva. Además, estos actos se están volviendo cada vez más violentos.
Los delincuentes encontraron en los dispositivos móviles un blanco fácil y lucrativo, dado el alto valor de reventa de estos en el mercado negro. Además, el avance tecnológico convierte a estos equipos en herramientas valiosas para el manejo de información personal y financiera, lo que incrementa el riesgo y el impacto de los robos.
¿Qué relevancia tiene el problema del robo de teléfonos inteligentes en América Latina?
Una década atrás Interpol había afirmado que el mercado negro de celulares movía U$S 550 mil diarios en las fronteras de Latinoamérica, lo que equivalía a unos 200 millones de dólares anuales.
En la actualidad las cifras de robos naturalmente varían de un país a otro. Por ejemplo, datos oficiales indican que en Perú durante todo el año 2023 se reportaron más de 1,7 millones de celulares robados. Este número representó un promedio diario de 4,676 robos, ligeramente menor que el de 2022 (con 4,684 casos).
Según la consultora Statista entre julio y diciembre del 2023 el acto delictivo más común en áreas urbanas de Perú fue el robo de dinero, cartera o celular, con una tasa de casi 12%, es decir que aproximadamente 12 de cada 100 habitantes de dichas áreas sufrió este tipo de robo.
En 2022, en Brasil se robaron casi un millón de móviles, un 16% más que el año anterior. De todas maneras, las autoridades reconocieron que la cifra real probablemente haya sido mucho mayor, ya que este tipo de delitos muchas veces no es notificado, sobre todo cuando no hay violencia de por medio. En suelo brasilero el problema afecta con especial virulencia a los trabajadores de aplicaciones (por ejemplo, a empleados de delivery, o a conductores de taxi), que muchas veces al perder el celular no pueden trabajar y se quedan sin ingresos durante varios días hasta que logran reemplazar el teléfono.
Robo de smartphones en México, Argentina y Chile
En México según una encuesta de 2022 se registraron casi 94 millones de usuarios de teléfonos celulares, un incremento de 8,3 millones respecto a 2019. Pero este uso generalizado de dispositivos “también conlleva riesgos”, ya que, según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), en 2021 hubo 8,2 millones de robos o asaltos en la calle o en el transporte público, y en el 57% de los casos fue sustraído un celular.
En el país azteca el robo de celulares se concentra principalmente en ocho estados: Estado de México, Ciudad de México, Puebla, Tabasco, Nuevo León, Morelos, Jalisco y Querétaro.
Por su parte, en la Argentina el robo de celulares ya representa al 27% de los delitos (ya sean robos, hurtos o pérdida del teléfono). Según un informe en el AMBA (la zona urbana común que conforman la ciudad de Buenos y los siguientes 40 municipios de la provincia homónima) se roban unos 9 mil celulares al día, es decir, entre unos 300 y 400 robos por hora.
En Chile los conductores y transeúntes cuentan entre las principales víctimas de estos atracos. Los datos de la industria indican que en este país se roban 60 mil celulares por mes y muchos de los robos son cometidos por maleantes que se mueven en motocicletas, aunque también los hay que roban a pie. Cabe destacar, además, que durante el primer semestre de 2023 se bloquearon 72 mil celulares tras ser robados, según la subsecretaria de Prevención del Delito de Chile.
¿Cómo afecta el robo de smartphones a los operadores de telefonía móvil?
El robo de smartphones figura entre los principales delitos que afectan a los particulares en suelo chileno. Pero estos ilícitos también suceden en los centros de distribución. Hay que recordar que en Chile el 27 de enero de 2023 entró en vigencia una medida orientada a desincentivar el robo de dispositivos móviles, tanto a empresas como a personas: la medida obligaba a las compañías de telecomunicaciones a desactivar los celulares que fueran sustraídos en bodegas, transportes o tiendas de retail. El bloqueo se realiza a través del IMEI (International Mobile Equipment Identity) de cada equipo. En caso de que los teléfonos se recuperen, puede pedirse el desbloqueo. Asimismo, a la telco se le da un plazo máximo de 24 horas para informar el robo.
Colombia y Uruguay
En Colombia en 2022 se reportaron 815 mil robos de celulares (4% más que en 2021); no obstante, solo 171 mil usuarios interpusieron la correspondiente denuncia penal ante las autoridades competentes. Por su parte, en 2023 se reportaron diariamente 4,600 hurtos de este tipo; y hasta el 20 de diciembre se había notificado el robo de unos 1.200.000 teléfonos celulares.
En este país el robo de dispositivos móviles cuenta entre los delitos más cometidos cada año, al punto que recientemente el presidente Gustavo Petro propuso implementar un software de autodestrucción de celulares (kill switch), que permitiera reducir las cifras de robo de teléfonos móviles.
Históricamente las ciudades colombianas donde ocurre el mayor número de hurtos de móviles son Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga.
Por su parte en Uruguay entre enero y noviembre de 2023 hubo 10,600 denuncias por “rapiña a transeúntes”; y de ese total, alrededor de 9.000 correspondieron a Montevideo.
Tendencias respecto al robo de smartphones
Muchas veces los dispositivos móviles terminan en el mercado negro, donde son desbloqueados y vendidos como nuevos, aunque muchos de los compradores son conscientes de su origen delictivo.
De todas formas, recientemente viene observándose otra tendencia: por ejemplo, en la Argentina los ladrones ya no apuntan al mercado ilegal de compra-venta, ya que el foco está puesto en robar información para vaciar las cuentas de las víctimas, o generar otro tipo de fraudes.
Es decir: dado que el smartphone es una herramienta cada vez más utilizada para acceder a billeteras digitales y a otros servicios financieros, los delincuentes buscan acceder a la información almacenada en los equipos. Para hacerse pasar por la persona y pedir dinero prestado a amigos, a familiares o a financieras.
¿Y la autenticación de usuarios?
Frente a la situación es importante que los usuarios fortalezcan el acceso a estas cuentas con contraseñas y métodos de autenticación robustos.
En varios países de América Latina se implementaron políticas para abordar el problema del robo de dispositivos móviles. En particular, se adoptaron ampliamente listas negras de dispositivos robados. Sin embargo, su eficacia se vio mitigada por deficiencias en su enfoque, así como también la falta de uniformidad y armonización. Además, los delincuentes frustraron tales políticas al explotar con éxito las debilidades y desarrollar contramedidas.
Posteriormente, las listas negras se complementaron con otra medidas de bloqueo basados en IMEI. Sin embargo, la realidad es que el robo de dispositivos sigue siendo un problema grave en América Latina.
¿Qué medidas de seguridad adicionales podemos implementar para proteger a nuestros clientes y reducir el riesgo de robo de dispositivos?
Frente a esta situación, Trustonic tiene dos propuestas que se potencian mutuamente. Por un lado, cuenta con una plataforma tecnológica que permite desactivar los smartphones que hayan sido robados. Esta plataforma bloquea completamente los teléfonos inteligentes hurtados en todo el mundo, incluso en países sin listas negras de IMEI. Cuando un dispositivo es robado, nuestra tecnología activa una pantalla de bloqueo, inutilizándolo y eliminando el valor de reventa.
Por otro lado Trustonic ofrece una plataforma que permiteservicio de financiación de dispositivos móviles que ayuda a las víctimas de estos robos, ya que hace más accesible la compra del nuevo dispositivo.
Este servicio está al alcance de operadores de telecomunicaciones y minoristas y financiadores, de modo tal que puedan facilitarle la adquisición del nuevo equipo a sus clientes.
