Cadena de suministro de celulares: cómo enfrentar los robos y las malas prácticas

El valor de los dispositivos móviles se incrementó de manera evidente durante la última década, lo que hace que estos equipos estén cada vez más en la mira de los delincuentes y estafadores. En consecuencia, los robos de equipos nuevos en la cadena de suministro de celulares, previos a su comercialización, aumentaron de manera preocupante.

Y esto genera pérdidas muy importantes para los diferentes jugadores del sector.

Si bien los robos de dispositivos móviles pueden ocurrir en cualquier etapa de la cadena de suministro, la posventa e incluso el reciclaje, actualmente entre el 5 y el 25% tiene lugar “durante los envíos de la cadena de suministro, y los robos en las tiendas están aumentando drásticamente”.

Para tratar de ponerle un límite a estas situaciones, por ejemplo en Chile se emitió una resolución específica (número 4281) que regula el bloqueo de celulares en situaciones especiales.

En los considerandos de la resolución se reconoce “que el robo de equipos móviles se transformó en un grave problema que afecta ya no sólo a los usuarios que sufren la sustracción de sus dispositivos a través de hurtos, robos por sorpresa o incluso delitos violentos, sino que comenzó a afectar a grandes proveedores logísticos (bodegas, camiones de transporte y otros), a tiendas de retail, así como a sucursales de los concesionarios, que sufren violentos asaltos por parte de bandas numerosas y organizadas”.

En Chile los celulares “son el principal objetivo de los robos en la cadena logística, por su alto valor y fácil reducción a través de las redes sociales”. Estos delitos “ocurren con mayor frecuencia que antes, muchas veces a plena luz del día, y tienen lugar en las bodegas donde se almacenan las mercancías, tanto dentro como fuera de los puertos. Otro punto crítico son las carreteras ligadas a las terminales portuarias”.

Las medidas planteadas en la nueva resolución permiten bloquear los equipos robados a los grandes proveedores mediante el código IMEI (International Mobile Equipment Identity), antes de su comercialización.

De hecho obliga a las empresas de telecomunicaciones a bloquear estos equipos. Así las cosas, cuando a una empresa le sustraen los dispositivos “debe hacer la denuncia e informar el IMEI de los equipos, y de esta forma serán bloqueados en las redes móviles del país”. En caso de que se recuperen los celulares, se podrá solicitar su desbloqueo.

El objetivo es disminuir estos delitos y otros relacionados limitando el mercado secundario ilícito de estos bienes.

Problemas y soluciones

El robo de equipos nuevos no es la única mala práctica que se observa dentro de la cadena de suministro de teléfonos móviles en América Latina. También se conocen casos venta de equipos reacondicionados como si fuesen nuevos. Y además existe el problema de los fabricantes ilegítimos y de los dispositivos irregulares, que se elaboran con componentes de baja calidad, fraudulentos y falsificados.

En este escenario un sistema de control de IMEI presenta varias ventajas:

• De cara a los consumidores reduce la amenaza de delincuencia, ya que los teléfonos robados tienen menos valor; y además se los protege contra imitaciones de baja calidad.
• Para los operadores mejora la percepción de seguridad y protección del cliente.
• Para el gobierno aumenta la tributación legal, mejora la seguridad y ayuda a luchar contra el robo de dispositivos móviles.

Respuesta tecnológica

Frente a esta problemática del robo y otra clase de ilícitos en la cadena de suministro, Trustonic ofrece una solución tecnológica sólida para que los operadores móviles y minoristas de telefonía móvil puedan rastrear, identificar y controlar el ciclo de vida de los teléfonos inteligentes, tanto en la etapa de fabricación, durante los envíos o en la tienda minorista. Esto les permite evitar pérdidas y reducir aún más la participación de los teléfonos inteligentes en el mercado negro.

Esta  plataforma puede bloquear completamente el teléfono inteligente robado mediante el bloqueo de la tarjeta SIM, lo que impide su uso y  elimina su valor potencial de reventa.

De esta forma se disuade a los delincuentes y se le ahorra a la industria miles de millones de dólares, incluso en aquellos países que no usan las listas negras de IMEI.